slopsa

Pero, pasados unos minutos ambos sentían como las luces comenzaron a parpadear hasta que un momento a otro... Quedaron a oscuras. —¡Me lleva!— Exclamó Rigby, por suerte tenía su sandwich consigo, así que no moriría de hambre. —¿Estás ahí Rigby? —Fíjate que no, soy un fantas... ¡Claro que sigo aquí viejo!— Fue comiéndose su aperitivo, pero se quedaba quieto. —Voy para allá.— Tenía su celular en su bolsillo, lo sacó y lo prendió para que diera luz. Caminó hacia la cocina y vio a Rigby totalmente quieto, pero te